Cambio de puertas

Si quieres hacer reformas y cambiar las puertas de tu vivienda, tienes tres opciones.
La primera son las puertas block, fabricadas con tapetes y batientes, esto es, la puerta en bloque, como su nombre indica. Estas puertas tienen un inconveniente: para ajustarlas, hay que cambiar los marcos varias veces, de modo que hay que contar con trabajos de paletería y pintura. Se trata de bloques con unas dimensiones estándar, por lo que hay que cambiar el marco y adaptarlo al tamaño exacto de la puerta. Si hay que rebajar el marco, este queda muy debilitado, hecho que puede tener consecuencias cuando se dan portazos. También puede ocurrir que se tengan que eliminar centímetros de espacio de luz de paso, algo que tampoco aconsejamos.
La segunda opción son las puertas estandarizadas, que vienen de fábrica. Son puertas de fabricación en serie y el montador las instala según el método tradicional. El montador adapta la puerta al marco preexistente. Estas puertas son una buena solución para evitar el cambio de marcos, pero como contrapartida generan más serrín durante la instalación. Son las puertas de toda la vida.
La tercera opción es igual que la segunda pero, en este caso, la puerta la monta un carpintero/ebanista, que es la misma persona que construye la puerta con la materia prima (tableros) que considera más oportuna, en lugar de un montador de puertas estándar. Así, el resultado es una puerta perfecta. Una vez fabricada, se lleva al barnizador o lacador para barnizar o lacar los tapetes y los batientes. De este modo, todos los componentes adquieren el mismo color. Esta opción tiene un coste más elevado, pero también es la opción de más calidad.

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